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jueves, 17 de febrero de 2011

Conéctate adquiere vida propia

Peter y Mesha (México)
Una amiga nuestra que se acaba de suscribir a Conéctate, empezó hace poco a administrar una cafetería. Testifica con mucho denuedo y le enseña la revista a todo el mundo. Además de suscribirse, compró veinte ejemplares de números anteriores. Gracias a la difusión que le ha dado nuestra amiga, ya hay personas que se están suscribiendo. Alguien que oró con ella hace años para recibir al Señor se suscribió y también adquirió algunos números de meses anteriores. Asistió a nuestra última reunión de Conéctate y quiere volver. ¡Es como si Conéctate hubiera adquirido vida propia y se estuviera autopropagando!
Reacciones a Conéctate
¡Cómo me alegra que no se hayan olvidado de mí! Todas las noches visito en Internet el sitio de Conéctate (www.conectate.org). He leído los números anteriores, y el proverbio del día, los libros que ofrecen, etc. Es realmente una fuente de riqueza.
Lo increíble es que cada día doy con la respuesta a alguna pregunta personal. Por ejemplo, el otro día hice una oración para pedir perdón a Jesús, porque me parecía que al orar no utilizaba las palabras apropiadas, y al otro día me enteré al visitar el sitio de Conéctate de que no hay una forma determinada de orar, sino que a Dios le satisfacen todas nuestras palabras de amor cuando son sinceras. ¡Era la respuesta a mi inquietud! Gracias a ese portal ahora entiendo muchas cosas.
Cuando vinieron a verme me dio la misma impresión. No sé si les conté lo que me había ocurrido poco antes de que nos conociéramos. Ese día había ido a la playa, y el mar estaba embravecido por el fuerte viento. Mientras nadaba en el mar picado, vi venir una gran ola que me sumergió por completo. En ese momento pensé: ¿Podrá Jesús inundarme el corazón de la misma forma que esa enorme ola? ¿Podrá Su amor envolverme así? Pocos minutos después los conocí y con la conversación que tuvimos, las hojas que me dieron y la oración que hicimos, la fe me aumentó considerablemente. No creo que las cosas sucedan por casualidad. Dios me escuchó y me respondió.
Desde entonces me siento lleno de amor y veo a las personas como hermanos. No hay nada tan hermoso como poder llamar a alguien hermano o hermana. He cambiado mucho y creo que he aprendido más.
Como leo la Biblia con frecuencia, he aprendido por fin a vivir en este mundo y a ayudar y amar al prójimo. ¡Estoy muy feliz con Jesús en mi corazón! Gracias a Él no le temo a nada. Sé que lo tengo a mi lado, aun en estos momentos mientras les escribo.
Tengo la curiosa impresión de que Su amor me resplandece en la cara, porque parece que todo el mundo se ha vuelto más cordial y quiere conversar conmigo. No puedo evitar el deseo de hablarles de Jesús. Me gustaría mantenerme en contacto. ¡Dios los bendiga!
Magali (Francia)
No he podido comunicarme con ustedes por la muerte de mi adorada esposa María. Me ha costado mucho recuperarme. Pero Dios me ha devuelto el deseo de vivir por medio de los números de Conéctate que me han llegado cada mes. Se los agradezco mucho. Como dice el lema de la revista: «Cambia tu mundo, cambiando tu vida». Mil gracias, familia de Conéctate por el bien que hacen y por la motivación espiritual. Esta revista alimenta el alma y el corazón.
Ssewakka (Uganda)
La revista y demás libritos son tan importantes para mí que no puedo vivir sin ellos. Las palabras que contienen son las de Jesús que me habla al corazón, sobre todo las de De Jesús, con cariño. Una vez me conmovieron tanto que no podía dejar de llorar. Cuando llegó mi marido a casa y me preguntó qué pasaba, lo único que acerté a responder fue que no solo no pasaba nada, sino que todo estaba de maravilla.
Renée (Filipinas)

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