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miércoles, 9 de marzo de 2011

El poder del Espíritu Santo puede obrar en ti


¡Sed llenos hasta rebosar!
Quienes piden a Jesús que entre en su corazón y reciben el don de la vida eterna, obtienen también con ello una medida del Espíritu Santo. Sin embargo, la plena infusión —o lo que la Biblia denomina el bautismo— del Espíritu Santo suele ser una experiencia que se tiene después de haber recibido a Jesús. Una buena ilustración de esto es la de un vaso de agua. Puede que el vaso no esté lleno, pero aunque tenga un poco de agua, se puede afirmar que es un vaso de agua. Así son muchos cristianos. Poseen un poco del Espíritu de Dios. El bautismo del Espíritu Santo es similar a llenar el vaso hasta rebosar. Jesús dijo: «El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva» (Juan 7:38). En el siguiente versículo el apóstol explica: «Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él» (Juan 7:39).
¡Conéctate a la fuente! El objeto principal del Espíritu Santo es ayudarte a propagar el mensaje y el amor de Dios. Además, la infusión del Espíritu te ayudará mucho en tu amistad y trato personal con el Señor. Te otorga un vínculo más estrecho con Él y una comunicación más clara a través de la oración, así como una comprensión más profunda de la Palabra de Dios. Y lo más maravilloso de todo es que tú también puedes ser lleno del Espíritu Santo, ¡ahora mismo! Basta con que lo pidas. Al igual que la salvación, no puede uno ganárselo ni hacer méritos para obtenerlo. Es un don. Después, tanto si sientes algo diferente como si no, puedes tener la certeza de haberlo recibido, porque Dios te lo promete (V. Lucas 11:13). Recibe el Espíritu Santo ahora mismo rezando esta sencilla plegaria: «Jesús, te pido que me llenes hasta rebosar de Tu Espíritu Santo para poder amarte más, seguirte más de cerca y contar con más carisma para hablar a los demás de Tu amor y salvación. Amén.»

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